Poco a poco

Mi amor se acaba poco a poco, la ilusión, la emoción, el cariño se van diluyendo poco a poco; creo que es imposible dejar de querer de repente, por muy grande que haya sido el daño, la decepción, la pérdida de esperanza en esa relación.
Todo se acaba poco a poco, los sentimientos se van desvaneciendo, van desapareciendo, se van diluyendo en un océano de odio, rabia, dolor, desesperación, humillación, tristeza. Sí creo que la rabia, y  el odio por ejemplo surgen de inmediato, están encadenados al dolor. Son sentimientos de defensa, la rabia que sentimos ante un daño protege nuestra integridad, nuestra dignidad, nos da la energía que necesitamos para hacer frente a ese daño, y por eso surge de manera inmediata.
Pero mi amor, mi amor se ha ido desvaneciendo poco  a poco hasta llegar a quedar reducido al aprecio por alguien conocido.
Me abrí, me entregué, me expuse y me salió mal, pero no me arrepiento, eso nunca. Cuanto más amas más expuesto quedas a la decepción, más vulnerable te muestras ante las mentiras, la humillación, los engaños. Y pierdes, claro que pierdes; yo he perdido, he salido perdiendo y me siento sola.
Me he sentido sola demasiadas veces, en esos momentos en que necesitaba un abrazo, ante esas palabras que me dejaban en segundo lugar, ante los engaños y mentiras que nunca creí, ante esas muestras de arrogancia; y una y mil veces me preguntaba, Maite, ¿por qué?
Y a pesar de que en un principio no tenía respuesta, poco a poco lo fui comprendiendo y aceptando, en la medida en que mi amor se disipaba con el paso de los días, mi respuesta era más clara; estoy bien, porque no necesito más, no espero más; tengo lo que quiero, compañía, diversión, y a cambio no doy amor.
Y volví a ser fría, como en el pasado, y volví a ser egoísta como tiempo atrás, y volví a lo que no quería, mi soledad. Soledad que es al mismo tiempo mi refugio, mi libertad…………soledad que adoro, que me llena, y más ahora en mi casa, en mi hogar.

Estar aquí, sentada en el sofá, en silencio, viendo como las cortinas son mecidas por la suave brisa del atardecer, estar aquí, mirando mi lamparita y pensando lo bonita que es, estar aquí, en mi casa, es lo que me da la vida. En soledad, sí, pero viva. 

La enfermedad es un mensaje del alma.

La enfermedad es un mensaje del alma, leí una vez en algún sitio, y no pude evitar pensar, pues vaya alma más negra debo tener, que vengativa y traicionera, cuanta maldad guarda.

Estoy de acuerdo en que hay que cuidar nuestro cuerpo físicamente pero sin olvidarnos de la mente; y que evidentemente en muchas ocasiones los problemas, los traumas, los miedos, las inseguridades se somatizan creándonos incómodos problemas de salud. Somatizar es la expresión física del malestar psicológico; es decir, nuestro cuerpo se encarga de expresar las emociones que sentimos y que no somos capaces de exteriorizar, de expresar.

De esta manera cada problema físico está asociado a un tema específico sin solucionar a nivel psicológico, de sentimientos; por ejemplo:
Manos: el dolor en las manos está relacionado con el dar y recibir; quizás estés dando demasiado a quien no lo merece.
Cadera: el dolor en esta zona evidencia falta de confianza, inseguridad, miedos no superados; el dolor aparece cuando nos sentimos perdidos, sin un camino a seguir.

Y así con todas las partes de nuestro cuerpo. Luego estamos las afectadas por la Fibromialgia. ....... que nos duele todo, a todas horas, siempre, a veces de manera insoportable. 

Sufro esta enfermedad desde hace 15 años, lo que me ha convertido en una experta en reconocerme somatizaciones y emociones varias. 
Sé que los cambios me producen dolor de cabeza, que el callar y no expresar lo que siento daña mi espalda, que las discusiones, los conflictos me producen ansiedad y alteran mi agilidad mental, mi memoria.

Pero no todos los dolores que sufro en tantas partes de mi cuerpo que se hace difícil enumerarlas, se deben a la somatizaciones, simplemente es fibromialgia, simplemente es haber estirado el brazo para coger algo del estante de arriba, o porque sin darme cuanta me he "repantingado" en el sofá. La fibromialgia es, y perdón por la palabra, muy puta, no me deja relajarme, (ironía pura porque es lo primero que te dicen, tienes que estar relajada) constantemente tengo que estar pendiente de la postura, sentarme, acostarme, moverme adecuadamente, de la ropa, los zapatos y hasta el bolso, que no me apriete, solo tacones cómodos y un ratito, el bolso de bandolera y que no pese, y si es de mano, pendiente de cambiarlo de mano cada poco; constantemente tengo que estar pendiente de no estar tensa ni rígida, y los tiempos.... el control de los tiempos, la planificación; si voy a salir cuanto tiempo tendré que andar, que conducir, que estar sentada, si estoy en casa como organizo el día de limpieza con paradas cada 10 minutos; así es imposible relajarse y tomarse las cosas con calma, pero bueno, es lo que nos dicen los médicos que tenemos que hacer.

La fibromialgia no es una enfermedad mental, aunque aún hoy día se nos trate de locas, de enfermas mentales por quejarnos tanto, por "imaginarnos" los dolores. No, la fibromialgia a pesar de los factores psicológicos que tienen una gran influencia en ella, y a pesar de los problemas asociados, no se considera dentro del grupo de alteraciones mentales.

Nos duele porque hay un desequilibrio de neurotransmisores en el sistema nervioso, nos duele porque hay una alteración de niveles de determinadas sustancias que intervienen en procesos neuroquímicos produciendo mayor susceptibilidad al dolor, nos duele porque hay una base genética, nos duele porque hay factores desencadenantes y precipitantes, nos duele, sí, nos duele. No son invenciones, ni excusas, ni pretextos, ni justificaciones, nos duele; y es más, no queremos que nos duela.





Corazón mio

Vamos a querernos corazón, vamos a cuidarnos, incluso a mimarnos; vamos a tomarnos nuestro tiempo para sentir lo maravillosa que es la vida, para sentir cuánto hemos cambiado, cómo hemos crecido.
Y vamos a hacerlo a solas, cuidando el uno del otro, sin resentimientos, ni rencores, solo amor.
Nos dedicaremos a sentir, a vivir, a disfrutar; nos dedicaremos a pensar en la gran suerte que tenemos.
Digo gran suerte, porque es cierto, si te paras a pensar, que hay más maravilloso que abrir la puerta y sentirte en tu casa, o abrir el grifo y sentir el agua templada recorrer tu cuerpo, o ver que  siempre sale el sol para acariciarnos aunque sea sólo con un rayo suave y delicado, pero suficiente para hacernos sentir vivos.
Por eso corazón, tenemos mucha suerte, porque estamos rodeados de miles de cosas maravillosas, así que vamos a prometernos disfrutarlas, pero sobre todo sentirlas.

Centrémonos en nosotros, y olvidemos el mundo entero,  porque ahora nos toca, sí, nos toca ser egoístas; claro que como en todo hay condiciones, siempre hay un pero…… no vale volver la vista atrás, no vale aferrarse al pasado, no corazón mío, siempre adelante, fijemos la vista al frente y avancemos, aunque sea despacito, no tenemos prisa, pero avancemos.

El Mar

El mar; el mar soy yo; sí, ya sé que suena pretencioso, pero es la verdad.
A casi todo el mundo el mar le evoca el mismo sentimiento de paz, de tranquilidad, de calma; pero cuando yo me enfrento al mar, porque me enfrento, discutimos, nos gritamos, lloramos nos odiamos y volvemos a amarnos; cuando estamos cara a cara, deja de tener ese halo de paz, de espiritualidad para  convertirse en algo salvaje y feroz.
Se convierte en mi conciencia, en mi cerebro, en mi corazón, se convierte en mi yo verdadero, en mi esencia, y me planta en la cara todo mi dolor, mi ansiedad, mi angustia,  mis problemas, mis pesadillas.
Saca todo lo que atormenta mi cuerpo y me lo escupe en la cara, lo pone en mi camino, en un pérfido deseo de aligerar mi carga.
Traidor….. Yo que estoy acostumbrada a guardar y guardar,  aprovecha esa primer momento de quietud cuando nos encontramos para lanzar su dardo emponzoñado, y ya no hay vuelta atrás.
Con la primera ola que  llega a mis pies, mi cuerpo se abre para llegar a una catarsis brutal, que rasga mi piel con mil cuchillas, mil cortes de los que brotan lágrimas y no sangre. Lágrimas aferradas durante semanas, quizás meses, a mi alma, secuestradas, reprimidas por mente y corazón en un intento suicida de sobrevivir.
Lágrimas que se derraman en una corriente imposible de parar, en la que sólo mi garganta mantiene las fuerzas suficientes para emitir un grito de socorro, de desolación………la brecha está abierta, y con la voz quebrada y rota por el dolor empiezan a surgir las palabras que me dan la vida, brotan en un atropellado torbellino, en un torrente salvaje e incontenible.
Y me dan la vida, sí, puesto que  son palabras surgidas desde lo más hondo de mi ser, y me liberan, desbloquean una pesada carga que lastraba mi supervivencia, que desgastaba  mi energía hasta la extenuación. Son palabras que entre lágrimas y llanto, entre la desesperación y la agonía, emergen para decirme que sigo viva, que soy fuerte.
Son palabras que me recuerdan las mil batallas vividas, las mil derrotas sobrevividas y me dan la solidez necesaria para querer seguir luchando.
Y lloro, y grito y si pudiera extinguiría ese mar que tanto daño me hace, porque lo odio, aborrezco su poder…… pero lo amo, porque me da la vida. Me parte en dos, me asfixia, me envenena, me destroza y me devuelve mi vida, más fuerte y

serena. 

Hoy también tengo Fibromialgia

      Hoy también tengo Fibromialgia, porque la fibro no sólo es dolor.           La fibromialgia son limitaciones, son miedos, incertid...