Mi Fibromialgia hoy

    

     Tengo miedo.


    A veces me puede el miedo, el miedo al dolor.


    A veces, me dejo ganar la partida o sencillamente la pierdo y surge el miedo.


    Miedo a un mal movimiento, a un sobreesfuerzo, a no poder moverme mañana.

    Y ese temor me impide relajarme, descansar, disfrutar del momento, porque mis sentidos están alertas a la espera de que surja el dolor. Vigilantes cada segundo de ese movimiento que me provoca un latigazo en la espalda, para hacer saltar todas las alarmas y conseguir así, que mi mente pierda el control y sólo piense en dolor... me va a doler, mañana voy a estar peor, no voy a poder... provocando que mi ansiedad se alce a niveles peligrosos, que todo mi cuerpo se tense.

     El miedo es una emoción básica, nos protege tanto física cómo psicológicamente ; nos protege ante cualquier amenaza, porque su misión es preservar la vida; pero es muy duro vivir con miedo, con miedo a tu propio cuerpo.

     Es difícil de explicar esta sensación, si no sufres dolor crónico no creo que la hayas experimentado, o quizás sí, si en algún momento te has visto en una situación de peligro físico, el miedo a romperte un brazo en una caída, ese miedo surge en los dos segundos que tardas en caer al suelo tras un tropezón. Tienes miedo porque sabes que esa caída, ese movimiento te va a producir dolor; y en ese escaso periodo de tiempo llegas a pensar las consecuencias de ese dolor, de esa fractura, cómo te afectará en tu trabajo, en tu vida diaria, y te preocupas.

     Tienes miedo y te preocupas, y son sólo dos segundos.
     Ahora piensa que esos dos segundos duran 24 horas, bueno, no voy a exagerar, vamos a quitar 8 horas de sueño, (¿hay quién duerme 8 horas?, ¿es posible?, ya no lo recuerdo). Esos dos segundos duran 14 o 15 horas en una persona con fibromialgia.

     

     Cuando tienes fibromialgia, cuando sufres dolor crónico, hay días que no puedes evitar pensar, me va a doler; hay días en los que no puedes esquivar el miedo, y así estoy yo. 
     Hace días que tengo una pierna mal, la izquierda, a veces cuando permanezco sentada más de 10 minutos, al levantarme me cuesta mucho iniciar la marcha, me duele tanto en la ingle que necesito unos minutos para poder andar con normalidad y dejar de cojear. Pues desde hace unos días ese dolor se ha instalado en mi cuerpo y no hace falta que me siente, y a veces es tan fuerte que se irradia hasta el empeine, la cadera y las costillas; y así estoy hoy, me duele.

     Y tengo miedo, porque esta mañana mientras dábamos vueltas por el super me dolía al andar, y además, llevaba el bolso en una mano, la cesta de la compra en la otra, e iba pensando en el dolor que me iba a causar el hacer la compra en los brazos, (sí, a veces simplemente llevar el bolso es cómo si cargara 40kg en la mano), y mientras esperábamos en la caja nuestro turno han empezado los latigazos en la pierna, desde el pie hasta las costillas, casi no me podía sostener  en pie, y a la señora de delante no le funcionaba la tarjeta, y yo encogiéndome de dolor y con ganas de llorar, (vete al coche, me dice mi pareja, y te sientas....al coche, estamos en Benidorm, el coche al sol, prefiero morir en la cola de la caja del Aldi).
     Así, con miedo vivo estos días, pensando, ¿Y si se queda para siempre este nuevo dolor? ¿y si no puedo trabajar?



    

     Pero me niego a perder la batalla, no voy a consentir que el miedo rija mi vida, o mejor dicho, no voy a dejar que la fibromialgia domine mi vida, que sea el centro. No, el centro soy yo, el timón lo dirijo yo.

    Y por qué cuento esto, sencillo, porque me duele, porque me jode tener dolor; porque más de una vez he llorado de dolor, porque en alguna ocasión he tenido que parar el coche y bajar a estirarme a ver si el dolor disminuía, porque alguna noche me ha despertado el dolor y me he tirado al suelo en un intento desesperado de calmarlo.
    Porque el dolor cambia mi cara, mi caracter, mi vida.
    Porque el dolor me está hundiendo, me está arrastrando a un pozo al que no quiero caer.
   Porque necesito verlo escrito, soltarlo, para coger fuerzas y decir, joder, que no. 
    Que no puedes conmigo, que sigo viva, que sigo y seguiré luchando y gritando SIEMPRE ADELANTE.
    Porque soy fuerte, soy inteligente, soy grande, soy una gran persona, que soy de Bilbao coño, (perdón, perdón, me he venido arriba, pero es verdad, soy de Bilbao, aunque vivo en Alicante hace muchos, muchos años).

     Y es que a veces se me olvida que mi amiga la fibro supone una adaptación constante a la realidad que me impone, y a veces coinciden un nuevo giro de la enfermedad con una situación estresante aunque pasajera y claro, surgen los desajustes, los miedos, la angustia, la ansiedad, y toca volver a empezar, volver a aceptar que la fibromialgia estará a mi lado (ojalá cambie pronto esta cronicidad) toda la vida, y que no dejará nunca de darme sorpresas. 
    Toca volver a adaptarse a nuevos ritmos, nuevos límites, y seguir, seguir luchando por disfrutar de la vida, seguir siempre adelante.



    








      
  
  
      
      







5 comentarios:

  1. Me ha encantado. No porque estés así. Si no porque entiendo lo que dices.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leerme y por entenderme.
      A veces simplemente escribir me ayuda a sacar lo que siento, a sacar el dolor y verlo desde fuera, desde otro prisma y poder decir; "se acabó" hay que seguir Siempre Adelante.
      Las malas rachas, los días malos, no acabarán nunca, así que hay que plantarles cara, porque sentir miedo es normal, pero no hay que dejar que nos domine.
      Gracias de nuevo.
      Besos.

      Eliminar
  2. No puedo sentirme más identificada con cada palabra que escribes. Desde el tengo miedo hasta el siempre adelante. Y aunque digan mal de muchos.... para mí (aunque con lágrimas en los ojos) me reconforta saber que alguien en algún lado siente lo mismo que yo, y por eso decidí hoy escribirte para intentar que tú recibas lo mismo. Gracias por poner palabras a esta contradicción de emociones

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, por leerte, por escribirme, por animarme a seguir.
      Vivir con dolor crónico, con fibromialgia es muy complicado, en ocasiones demasiado duro, pero tenemos que seguir, tenemos que tomar las riendas de nuestra vida y plantarnos en el centro, porque somos lo más importante, y la enfermedad debe ocupar un lugar en un rinconcito de nuestra vida.
      Vamos a tener días malos, rachas malas, por desgracia, de momento, de manera crónica, así que tenemos que aprender a aceptar los cambios que la fibro nos trae, y adaptarnos a ellos.
      Pero ante todo disfrutar y ser felices, porque la vida es maravillosa, y está llena de momentos, instantes, personas, cosas maravillosas; piénsalo, seguro que tienes muchas cosas en tu vida que te hacen sonreír, que te hacen feliz, por muy pequeñas que sean.
      Gracias y aquí me tienes siempre que quieras.
      Besos.

      Eliminar
  3. Graaaaaacias x poner en palabras el dolor cn el q vivimos quizas algún día mi flia y amigo A m puedan comprender nuevamente GRACIAS

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.

Hoy también tengo Fibromialgia

      Hoy también tengo Fibromialgia, porque la fibro no sólo es dolor.           La fibromialgia son limitaciones, son miedos, incertid...