Mi fibromialgia y yo
nos sentimos perdidas, sí, la verdad, un poco desorientadas estamos y por qué
no decirlo abandonadas.
El otro día acudí a
revisión a la Unidad de Fibromialgia, y sinceramente, llamarlo revisión es
mucho llamarlo, porque me sentí como cuando en el super te tropiezas con una
conocida que hace tiempo no ves, y la escena es más o menos:
- Holaaaa….que tal…no te había visto…….¿ Qué tal todo, bien?…..¿Sigues en el mismo trabajo?... ¿tus hijos bien?..... Qué tal tu madre, me enteré que la operaron, pero chica, ni tiempo, siempre voy loca, corriendo……venga, sí, a ver si quedamos un día, ¿un café? Claro, cuando quieras…..Adiós…..
Y te quedas con un
montón de información que no te interesa y olvidas en el mismo momento que
escuchas cómo pasan los números en la charcutería…..ay que se me pasa…… y
también te sientes un poco tonta porque de repente recuerdas que alguien te
dijo que se acaba de divorciar con mil problemas, o que murió su padre, o que
sólo tiene un hijo con una adolescencia muy mala…….en fin….que como interacción
social, como intercambio de información es un fracaso, pero las reglas sociales
obligan y hay que saludar y preguntar.
Pues lo mismo, que
me disperso, lo mismo en la consulta del
médico. La fibromialgia es un saco donde todo cabe, una Caja de Pandora mejor
dicho, porque al igual que en el heleno recipiente, en ella se encuentran todos
los males, todos los síntomas, síndromes y enfermedades. Eso sí, y en honor a
la verdad, también se encuentra en esta mitológica caja la esperanza, que es lo
único que al abrirla no se escapó, y que es lo que siempre queda en el fondo,
la esperanza; de mejorar, de dejar de sufrir dolor, de volver a tener una vida
normal. La esperanza.
Y así trascurrió la
consulta, entre preguntas de qué tal te encuentras, cuántas pastillas te tomas,
y un siempre desesperado ¿entonces también es por la fibromialgia?.
Pues sí, es por la
fibromialgia, el tener fiebre por las tardes, la pérdida de equilibrio con su
consiguiente mareo y malestar continuo, el tic en el ojo, las nuevas alergias,
las continuas molestias estomacales, las reacciones en la piel, los problemas de
sueño, sí, todo esto es nuevo, desde el pasado julio han surgido para quedarse
todos estos síntomas.
Han aparecido y se
han instalado, pero bien instalados, no son síntomas que hayan aparecido en un
momento dado, no. Son síntomas que me acompañan día a día, junto a los que ya
tenía, como el dolor continuo, la pérdida de memoria, el cansancio…………..y podría
seguir escribiendo, añadiendo síntomas y problemas, pero la memoria no me da
para más, y tampoco quiero perder mucho el tiempo en recordarlos, pero están
ahí, lo aseguro.
Y me siento perdida
porque después de 15 años con la enfermedad estamos casi como al principio, los
mismos consejos, recomendaciones, las mismas explicaciones; cansan, aburren. Me
aburre escuchar una y otra vez, "eso va a ser de la fibromialgia, pero por
si acaso vamos a hacerte pruebas", y venga, cita para el neurólogo, el
otorrino…….pruebas y más pruebas, que nos van a decir lo que ya sabemos, es la
fibromialgia.
La puta
fibromialgia, con perdón, que no me da un día de tregua, un día libre, en el
que pueda decir, no me duele nada, me siento bien; menos mal que con mi ánimo
no puede, aunque haya días que llegue a dudarlo; pero como suelo decir, siempre
adelante; porque la vida es maravillosa, y tengo miles de motivos para ser
feliz.
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