Uno de los problemas
de las personas con enfermedades crónicas, mundo en el que me muevo por mi
fibromialgia, es la falta de empatía, a veces incluso respeto, hacia otros
enfermos.
Y es que basta
asomarse a la sala de espera de un especialista, de una Unidad de atención
especializada, de un grupo de autoayuda, para comprobar que el tema favorito de
conversación es el "y yo más", hablando de fibromialgia, la
conversación siempre gira entorno a "a mí me duele más", "yo
tomo más pastillas", "yo tengo más dolores", "yo tengo más
problemas"….yo, yo, yo.
Sinceramente, me
aburre.
Y me deprime, sí,
también me deprime porque yo no quiero ser la más, yo es que no quiero ni ser.
Es una competición
absurda, pero ahí está, en todo momento.
E intento mantenerme
firme, inalterable, en mi positivismo, inamovible en mi perspectiva de la
enfermedad, del dolor, como un compañero contra el que no hay que luchar, sino
comprender y aceptar para poder así trabajarlo, llevarlo mejor.
Pero no, ante
una actitud como la mía de "a mí
nada me para", "siempre adelante", la respuesta, vergonzosa,
mezquina, cruel y llena de inquina es "pues no estarás tan mal, porque si
estuvieras como yo….". Y me dan ganas de contestarle, perdona, no te has
puesto mis zapatos para comprobar mi dolor, para saber que hay días que no me
tengo en pie, que hay días en los que la espalda me impide casi andar, en los
que el insomnio me mantiene en vela horas y horas, en los que mi estómago se
declara en rebelión contra todo tipo de alimento, en los que mi cuerpo responde
con una alergia a un nuevo tratamiento, días en los que soy incapaz de retener
una sola palabra, hay días que me tiraría al suelo en un intento desesperado de
encontrar la postura adecuada que calme el dolor, y que me daría cabezazos
contra la pared por no conseguirlo. No te has puesto en mis zapatos para poder
juzgarme, pero es que tampoco quiero que lo hagas, porque no quiero darle
protagonismo ni a mi dolor, ni a ti, no quiero a mi lado personas que me
lastren.
Porque yo lucho cada
día por estar mejor, y lo consigo, es una dura guerra, pero batalla a batalla
voy enfrentándome a mi fibromialgia, y a veces gano, otras no, pero da igual,
porque siempre adelante, no me rindo.
Es deplorable que
entre nosotras no nos ayudemos, no nos apoyemos, al contrario, nos esforzamos,
bueno, se esfuerzan, en pisotear a la compañera para quedar por encima en la
triste carrera del "y yo más".
De manera que muchas
veces me planteo seguir mi camino sola, porque no encuentro el apoyo que busco
y necesito en mis compañeras enfermas.
Yo tengo
fibromialgia, y me acompañará toda mi vida, lo sé, así que intento llevarlo lo
mejor posible, comprender el dolor, sentirlo, conocerlo, y así poder
controlarlo, manejarlo para conseguir una mejor calidad de vida. No lucho
contra él, porque es una batalla perdida.
Yo tengo
fibromialgia y soy feliz, intento disfrutar de la vida, vivir, sentir, y dar
gracias por todo lo que tengo.
Esta entrada estaba buscando.Me gusta mucho cómo te expresas.
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Si te suscribes recibirás todas las entradas que publico.
EliminarSi necesitas algo no dudes en contactar conmigo.
Un abrazo.